Oporto es famosa en todo el mundo por ser el lugar de producción del vino que lleva su nombre. Tinto, rosado, blanco o envejecido, el Oporto es uno de los vinos licorosos más apreciados en toda Europa, exportado prácticamente a todas partes y con una historia centenaria.
El vino de Oporto se produce en el valle del río Duero, en una zona interior que llega hasta la frontera española, donde las temperaturas en verano pueden alcanzar los 40 grados, gracias a la protección natural de las montañas.
Esta particular condición climática hace que las corrientes del Océano Atlántico no influyan en las temperaturas, dando a las vides la oportunidad de crecer al máximo y de producir las mejores uvas posibles.
Una vez recogida la uva y transformada en vino, ésta hasta finales de los años 60 era transportada a Oporto en grandes barriles cargados en embarcaciones típicas similares a barcazas, llamadas barco rabelos. Hoy en día, con la modernización de los procesos de producción, el vino se transporta desde el campo a la ciudad en el interior de un camión cisterna, y los barcos rabelos están parados para ser observados en las orillas del río Duero.
Cuando llega a Oporto, el vino es embotellado, se deja envejecer y se vende en las bodegas que se encuentran en la orilla sur del río, frente al barrio de la Ribeira, pero que ya forman parte del municipio de Vila Nova de Gaia.
Aquí, a lo largo de la Avenida de Diogo Leite, se encuentran una tras otra todas las bodegas de los principales productores de Oporto. Hay muchísimas y cada una de ellas es en cierto modo única. Desde la histórica Ramos Pinto hasta la icónica Sandeman, cada una de las bodegas de Oporto está abierta al público, es posible participar en visitas guiadas, o simplemente entrar a comprar botellas, que son las que normalmente se venden en los supermercados o las más antiguas, de colección o valiosas.
En los meses de la estación cálida, todas las bodegas de Oporto ponen mesas al aire libre, donde turistas y residentes pueden sentarse a disfrutar de una buena copa de Oporto o hasta de cócteles pensados específicamente a base de este vino licoroso.
No os perdáis la visita a al menos una de las antiguas bodegas de vino de Oporto. Sea cual sea la que elijáis, asistiréis al proceso del envejecimiento del vino, con explicaciones cuidadosas, catas y degustaciones.
Normalmente al principio se explica la historia de la bodega y en general de la etiqueta, y se muestran algunas botellas valiosas que pueden alcanzar hasta los 5000 euros.
Después de eso, se baja a la verdadera bodega, donde entre grandes barriles la guía os contará la historia del vino de Oporto, de cómo se produce y cómo se transporta hasta aquí, destacando las características únicas de la etiqueta y el motivo por el que -según ellos- es mejor que sus competidores.
Luego viene la visita a las oficinas históricas: fue aquí donde se gestionaba la distribución y la venta, y el mobiliario del siglo pasado y la antigua publicidad en las paredes hacen justicia a un producto que hoy en día se ha convertido en histórico.
Finalmente, la que para muchos es la parte más interesante de la visita a las bodegas: una abundante degustación de vino de Oporto. A menudo, se prueban dos copas, una de blanco y una de tinto, acompañadas de aperitivos dulces o salados. La mejor manera de terminar una experiencia única que recordaréis durante mucho tiempo.
Estas son algunas de las bodegas más famosas de la ciudad, donde podréis participar en una visita guiada, después de la cual podréis degustar un par de copas de vino.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.