Una gigantesca carabela de piedra blanca con sus velas desplegadas se alza sobre el cielo de Lisboa: es el Monumento a los Descubrimientos, una monumental escultura realizada para conmemorar la época de oro de la historia nacional.
Uno de los monumentos más recientes de Lisboa, el Padrão dos Descobrimentos fue realizado originalmente como una obra temporal para la Exposición del Mundo Portugués que se celebró en 1940 y luego fue reconstruida de forma permanente en 1960 para conmemorar el 500 aniversario de la muerte del Infante Dom Enrique, llamado el Navegante, figura clave para la expansión de Portugal en el extranjero.
Con un claro simbolismo, el monumento fue construido a orillas del río Tajo, punto de partida de las grandes aventuras marítimas que inundaron de enormes riquezas a Portugal en los siglos XV y XVI y es una de las principales atracciones del fascinante barrio de Belém, completamente dedicado a las conquistas y a los descubrimientos.
Con su imponente grandeza, el Monumento a los Descubrimientos domina todo el barrio de Belém. Es una vista que deja sin aliento, tanto por las enormes dimensiones como por el excepcional contraste que se crea entre el mármol blanco de la escultura y el azul del cielo.
Se accede al monumento atravesando una elegantísima plaza que está delante, decorada con cientos de baldosas de mármol multicolor que forman una enorme rosa de los vientos.
Con el billete de entrada al Monumento de los Descubrimientos podréis subir hasta arriba y disfrutar de una excepcional vista panorámica sobre la ribera del río, Oeiras y Alcântara, y admirar el Tajo que se lanza sobre el océano. No os será difícil vislumbrar algunas de las atracciones más famosas de Belém, como la torre homónima y el Monasterio de los Jerónimos.
Bajando a la planta inferior, en cambio, podréis visitar el Centro cultural de los descubrimientos, inaugurado en 1985: se trata de un espacio expositivo con exposiciones permanentes y temporales gracias a las cuales podréis descubrir más sobre este fascinante monumento y el período histórico al que está dedicado.
La enorme carabela de piedra está decorada a ambos lados por un grupo escultórico que representa a los protagonistas de las grandes hazañas marítimas de Portugal: navegantes, cartógrafos, colonizadores, misioneros, guerreros, escritores, reyes y reinas.
No podían faltar entre las personas a quienes el monumento rinde homenaje los cuatro navegantes que llevaron a cabo las hazañas más famosas: Bartolomeo Díaz, que fue el primero que alcanzó y consiguió girar el Cabo de Buena Esperanza, Vasco de Gama, quien con un viaje épico de dos años logró abrir la ruta de las Indias; Pedro Álvares Cabral, a quien se debe el descubrimiento de Brasil; Fernando de Magallanes, el primer europeo en navegar en el Océano Pacífico.
La estatua más grande es la del Infante Dom Enrique, en la proa de la carabela, emblemáticamente tendido hacia lo desconocido representado por el mar abierto; otras decoraciones escultóricas incluyen figuras simbólicas como la espada, la bandera y el astrolabio.
Desde la cima del Monumento a los Descubrimientos podréis disfrutar de una extraordinaria vista del conjunto de la Rosa de los Vientos, una plaza decorada con un original mosaico de azulejos rosas, blancos y negros; obra del arquitecto Luís Cristino da Silva, fue inaugurada en agosto de 1960.
La Rosa de los Vientos es un tributo al glorioso período de las exploraciones marítimas: los motivos decorativos de la plaza son todos temáticos e incluyen la rosa de los vientos principal con un gran planisferio en su interior, cinco pequeñas rosas de los vientos y tres figuras que representan el viento, una sirena y un pez mitológico con el tridente, mientras que las fechas y los nombres de los barcos marcan los hitos fundamentales de la expansión portuguesa entre los siglos XV y XVI.
Divertíos “explorando” el mundo caminando alrededor de la plaza, tal vez siguiendo las antiguas rutas de los grandes marineros portugueses.
Desde el centro de Lisboa podéis llegar al Monumento de los Descubrimientos con el tranvía nº 15 y con varios autobuses.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.