A 5km de Sagres, el Cabo de São Vicente es el punto más al sudoeste del Algarve. Aunque no es el punto más occidental de Europa continental, siempre ha sido el último trozo de tierra que los marineros del sur de Portugal veían antes de lanzarse a mar abierto.
El Cabo de São Vicente, también conocido en los tiempos de los fenicios y de los romanos, debe su nombre a San Vicente, un sacerdote español cuyos restos se dice que fueron encontrados entre los acantilados.
Las antiguas fortificaciones, encomendadas por el misionero español Francisco Xavier en el siglo XVI, fueron destruidas durante el devastador terremoto de 1755. Hoy en día, en el punto más extremo del Cabo hay un faro que fue construido por orden de la reina María II y comenzó a funcionar en 1846.
Después siguieron unos años en los que el faro cayó en desuso, hasta que se hicieron modificaciones para ampliarlo y hacer que funcionase de nuevo.
El Cabo de São Vicente es un lugar con un paisaje muy hermoso y salvaje que merece sin duda la pena una visita. Si queréis admirarlo en todo su esplendor podríais llegar a tiempo para el atardecer, cuando el sol se esconde detrás de las aguas del océano.
Los acantilados en torno al cabo se precipitan sobre el Atlántico, alcanzando una altura de 75 metros.
Alrededor del cabo se concentra un gran número de aves que anidan entre los acantilados. Algunas de estas especies son tan raras que hacen que el Cabo de São Vicente sea un lugar ideal para los amantes del birdwatching.
El faro, que se alza sobre el acantilado con su color rojo fuego, alberga el pequeño pero bien cuidado Museo dos Faròis y un centro de visitantes. El museo ofrece una exposición sobre el papel que la ciudad de Sagres ha desempeñado en la historia marítima portuguesa. Tanto el museo como el centro están abiertos al público todos los miércoles por la tarde.
El faro tiene 24 metros de altura y fue construido sobre el lugar de un antiguo convento franciscano. Todavía hoy vigila sobre uno de los atraques navales más importantes del mundo.
Aproximadamente un kilómetro antes de llegar al faro, se pasa junto a la Fortaleza do Beliche, construida en 1632 en el sitio de la antigua fortificación. El interior, una vez alojaba un hotel, hoy en día está cerrado al público.
Sin embargo se puede bajar por un pequeño sendero y acercarse al mar. Es el lugar ideal para pararse y disfrutar de un picnic reparado del fuerte viento que sopla constantemente en la zona!
Viniendo de Sagres o Lagos, la manera más rápida y cómoda de llegar al Cabo de São Vicente es definitivamente un coche de alquiler. También hay un autobús de la compañía Eva, que enlaza la localidad con Sagres y Lagos. El servicio sólo funciona de lunes a viernes en los horarios establecidos.
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