Évora, la ciudad fortificada mejor conservada de Portugal, es una hermosa localidad llena de historia. De origen romano, en el siglo XV fue la residencia de los reyes de Portugal y esto dio un importante impulso a la vida cultural de la ciudad; durante siglos permaneció como uno de los centros comerciales y religiosos más importantes de Portugal y hoy en día es una animada ciudad universitaria.
Esta historia milenaria ha dejado numerosas huellas, que hacen de Évora un destino imperdible durante unas vacaciones en Portugal. Sólo hay que tener en cuenta que el número de atracciones de Évora declaradas monumentos nacionales ocupa el segundo lugar después de Lisboa: un dato impresionante, si se compara el enorme tamaño de la capital respecto a esta pequeña ciudad!
Estupenda para dedicarse sólo a su visita, Évora también es la base ideal para explorar el Alto Alentejo, una fascinante región del interior a menudo ignorada por los turistas y caracterizada por un pintoresco paisaje de olivos y pueblos fortificados.
Un buen punto de partida para empezar a explorar el centro de Évora es la Praça do Giraldo, la plaza principal, el corazón de la vida urbana. En el pasado fue el escenario de sangrientos acontecimientos históricos, como la ejecución del duque Fernando de Bragança o la quema en la hoguera de las víctimas de la Inquisición, hoy en día es un lugar ideal para relajarse y tomar un café al aire libre observando a la gente que pasa.
En un extremo de la plaza podéis admirar la Iglesia de Santo Antão y el Chafariz, una fuente de mármol con ocho caños que representan simbólicamente las ocho calles que convergen en la plaza.
Una de estas calles, Rua 5 de Outubro, os llevará hacia la Sé, es decir, la catedral medieval donde se bendijeron las banderas de la histórica expedición de Vasco de Gama. La parte exterior de la iglesia tiene el aspecto de una fortaleza, encerrada entre dos torres asimétricas de granito rosa, mientras que el interior es una obra maestra gótica. No os perdáis el claustro del siglo XIV, las tumbas de los arzobispos y el museo de arte sacro.
Tal vez nunca habríais pensado venir a Portugal para visitar un templo romano, pero el de Évora es uno de los monumentos de la época romana mejor conservados de toda la península ibérica. También es uno de los más misteriosos: los arqueólogos todavía no han determinado a qué divinidad fue dedicado.
Paraos a admirar las magníficas columnas corintias del templo, perfectamente conservadas, durante vuestro paseo por el centro.
Construido en el siglo XVI para llevar agua a la ciudad desde el noroeste y diseñado por el mismo arquitecto que realizó la famosa torre de Belém en Lisboa (Francisco de Arruda), el inacabado acueducto de Évora representa hoy en día un fascinante recorrido a pie de 8,5 kilómetros que inicia fuera de la ciudad, a lo largo de la carretera de Arraiolos, y termina en un barrio con casas y tiendas construidas bajo sus arcos.
La atracción más macabra y al mismo tiempo siniestramente fascinante de Évora es la Capilla de los Huesos, una iglesia cuyas paredes, como su nombre indica, están “decoradas” con huesos y cráneos humanos.
Nacida en el siglo XVII por una necesidad práctica, la costumbre de colocar huesos a lo largo de las paredes de la iglesia ha tenido un efecto simbólico, recordar a los seres humanos la caducidad de la vida, y estético: en su singularidad, la visión general de este mosaico de huesos tiene un encanto magnético.
No todos los turistas sin embargo aprecian la inscripción que se encuentra encima de la entrada: “Nosotros los huesos esperamos los tuyos”. Hace falta un poco de humor negro para que te guste!
Évora es una ciudad llena de historia y cultura, que se refleja en el altísimo número de monumentos y testimonios históricos interesantes que visitar. Os hemos descrito los más importantes, a continuación os señalamos otros que si tenéis un poco más de tiempo disponible, merecen una visita:
En los alrededores de la ciudad podréis admirar los restos de los monumentos neolíticos y visitar las bodegas de vino.
Visitar Évora en un día puede ser un poco agotador, debido al gran número de atracciones interesantes presentes en la ciudad y sus alrededores. Tened en cuenta también que en verano hace mucho calor, así que durante las horas centrales del día es mejor quedarse a la sombra; además muchas atracciones cierran durante dos horas para comer.
Alojarse en Évora os permitirá visitarla de una manera más relajada y disfrutarla cuando los turistas que vienen a pasar el día ya se hayan ido; otra de las ventajas de dormir en Évora es que los hoteles y B&B aquí son mucho más baratos respecto a Lisboa y las ciudades costeras.
Évora está a 140 km de Lisboa y con un coche de alquiler se puede llegar en una hora y media por la autopista A2 y luego la A6. Os recomendamos alquilar un coche porque os permitirá explorar también los alrededores de Évora, muy sugerentes.
Otra opción es llegar a Évora en tren, pero prestad atención a los horarios porque los trenes directos no son muy frecuentes, mientras que los trenes con escalas os harán perder mucho tiempo.
Llegar a Évora en tren sin embargo es una buena solución para aquellos que se atrevan a conducir en una gran ciudad como Lisboa. Si queréis visitar también los pueblos de los alrededores podéis alquilar un coche cuando lleguéis: las carreteras del Alentejo son generalmente muy tranquilas, fáciles de explorar, y os permitirán conducir relajadamente mientras admiráis el paisaje.
A los que quieran visitar Évora en un día, les recomendamos participar en una de las numerosas excursiones de un día que salen desde Lisboa: los recorridos turísticos optimizan el tiempo y permiten concentrar lo mejor de una localidad en poco tiempo.
A continuación os señalamos una serie de encantadores y pintorescos pueblos a pocos kilómetros de Évora.